Estos dos llaveros cerveceros los encontré en un mercadillo de segunda mano de mi barrio, el Raval. Como sabía que Francesc, un amigo de la asociación, los colecciona, los compré y se los enviaré a su casa en Palma. El de Kronenbourg es bastante especial, es de un importador de comestibles de cuando Guinea Ecuatorial era una provincia española.
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